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martes, 29 de noviembre de 2011

Los días que se van conmigo.

El día tiene 24 horas y cada hora se compone de 60 minutos. Por lo que no me pidas para ti una jornada completa, todos y cada uno de los minutos de mi vida, no me pidas más golpes de reloj. ¿Donde queda el tiempo para ser libre? ¿El tiempo para perderse por esta ciudad? ¿El tiempo para volver a ver a los tuyos? ¿El tiempo para perder la noción del tiempo?

Sé que quieres sacar de mí algo, exprimirme para ver qué encuentras, sonsacarme todas mis aptitudes y debilidades. Pero no has encontrado la fórmula correcta. De este modo sólo me anulas lentamente, anulando conmigo a mi persona y haciendo que esas debilidades crezcan... y no estoy dispuesta a darme por vencida tan pronto. Soy de las que te dejan ganar la batalla para que te duela más cuando pierdas la guerra.

Fotografía perteneciente a m.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Yo reflexiono.

Comienza la Jornada de Reflexión, asique yo reflexiono. ¿Por qué nuestro país, y la mayoría en general, goza de tan significante clase política? Una clase política que hace gala de su buen hacer, su indiscutible ética y su inigualable garbo para manejar las directrices que sustentan un país en el que viven millones de personas. ¡Qué gozada es escuchar a estos señores y señoras del mundo de la política! ¡Qué música para mis oídos el fino canto de sus mítines políticos! ¡Qué brava la lucha del vótame a mí; no, a mí; yo, mi, me, conmigo! En realidad la abstención al voto y los indecisos no son sino un reflejo de la dificultad de elegir entre tan magníficos dirigentes. Reflexionemos, reflexionemos todos y pensemos si conocemos a algún político que nos transmita seguridad, confianza, responsabilidad, compromiso, seriedad, destreza, inteligencia, sinceridad... Reflexionemos si en realidad conocemos a algún político. ¿Quiénes son detrás de todos esos papeles que nos leen escritos de antemano por sus caras comitivas de imagen? El duelo entre el político y el ojo avizor de la cámara detectando sus gestos y detalles, la cara de: te estoy mintiendo y estás viendo como miento, pero voy a seguir contándote esta historia, y ya cuando apaguen la cámara respiro y trago saliva. 

Mundo loco de insensatos. Estoy harta, harta de reflexionar y de que no sirva para nada. Harta de devanarme los sesos buscando la fórmula de la coca-cola de nuestra política. Harta de saber que me mienten y de no poder decírselo en la cara. Harta de que se suban en un altillo a bendecirme la mesa de las papeletas. Harta de que estemos en crisis y que la gente haga cola en las tiendas toda la noche para comprarse un Versace. Harta de que nos indignemos cuando a alguien le quita la casa el banco y que después nos apartamos de un sin-techo si nos le encontramos en la calle. Harta de que nos den pena los niños del tercer mundo que se mueren de hambre y que tiremos toneladas de basura al día. Harta de que nos quejemos de todo y luego digamos yo paso de votar, si total da igual. Harta de que todos seamos unos hipócritas acomodados. Si queremos que las cosas vayan bien debemos mover la silla del culo.

Entonces, ¿cuándo conseguiremos una clase política merecedora de nuestra confianza? Cuando a los políticos se les exijan los estudios necesarios para desempeñar el puesto que ostentan así como una trayectoria y una experiencia laboral, como al resto de los mortales. Cuando ser político deje de ser un privilegio. Cuando tengan un sueldo razonable y acorde con el trabajo que realizan. Si ser político dejase de ser un privilegio aquel que consiguiese serlo lo haría por méritos propios y por afán personal de defender a los demás y trabajar por ellos. Ser político es llevar la voz del pueblo, no mandar callar al pueblo. Su condición de representantes emana por la necesidad de representar a las personas, pero a menudo se les olvida, creen que ellos son sin nosotros, creen que no nos necesitan. Entonces, ¿a quiénes gobernarían si no hubiese pueblo? ¿A quién representarían y qué poder ostentarían? ¿A quién tratarían de convencer? Yo reflexiono y pido que cierre el circo, que baje el telón de las superestrellas mediáticas y que eduquemos a la sociedad en valores y ética. Los políticos no son sino un triste reflejo de la sociedad. Yo quiero un cambio, quiero no sentirme avergonzada por no ir a ningún lado, por no aspirar a nada. 

La jornada de reflexión ha comenzado, reflexionemos, pero todos los días, no sólo el día que ellos te pidan que lo hagas.

domingo, 13 de noviembre de 2011

sábado, 12 de noviembre de 2011

De como las farolas se tuercen por el camino.

No es momento de echarse hacia atrás. Tampoco es un punto de inflexión en nuestras vidas, es, tan sólo, un punto. Uno de los muchos que conforman el devenir de nuestros días, uno de los que nos conducen hacia lo que nos vamos convirtiendo. Ya no tengo miedo, no, ya no. Primero quise aprender a vivir, pero luego la vida me dio demasiado miedo como para afrontarla de golpe, como para vivirla en toda su plenitud. Ahora camino tranquila. Tengo miedo a la velocidad, pero voy a empezar a correr. Voy a volar. Quiero volar.